viernes, 14 de octubre de 2011

UN PUEBLO ANDALUZ EN LA CRISIS, PATERNA DE RIVERA

Un pueblo andaluz en la crisis
Un reportaje de Paterna de Rivera, Julio 2011

Este artículo sobre Paterna de Rivera lo escribí en agosto 2011 para la revista alemana "Die Kommune“.  Se trata de un reportaje sobre la situación social y laboral en Paterna. El artículo fue publicado en octubre de este año. Hartwig (Juan) Berger.

A Paterna, un pueblo con hoy 5.600 habitantes, llegué en el autocar de Cádiz, igual que hace 38 años, cuando estuve allí durante dos meses. Y como entonces, el autobús paraba cerquita del bar de Rufino. Rufino, un cantaor de flamenco de muy buena fama en la región. Su bar se encontraba ya en el año 1963 al lado de la carretera, cuando el pudo abrirlo gracias a algunos ahorros. Hoy, con sus 72 años todavía está llevando el local junto con su hijo mayor. Así que  son dos familias, las que tienen que vivir de los ingresos. Rufino casi nunca cierra antes de medianoche y abre ya a las cinco de la madrugada, cuando cazadores y obreros suelen tomar un café y, de vez en cuando, también un coñac antes de salir.  En tiempos pasados a esta hora se juntaban centenares de hombres en los bares del pueblo, antes de salir a trabajar en faenas del campo. Otros se buscaban la vida por su cuenta, recogiendo caracoles, cabrillas, cohollos o espárragos para venderlos a remitentes. Así todavía a principios de los años ochenta se podían alimentar familias completas.

Este tiempo ha pasado. Hoy los señoritos hacen trabajar casi exclusivamente con máquinas. Es muy raro que soliciten eventuales, y tienen muy pocos fijos - el aperador, algunos tractoristas y el cotero para impedir la caza furtiva. De vez en cuando buscan mano de obra para campañas cortas como la vendimia o la cosecha de verduras. Por lo menos, pagan sueldos contratados, un éxito de una larga lucha sindicalista. Y desde hace tiempo se acabó  el trabajo del buscarse la vida en el campo, con los caracoles etc. Había muy pocas excepciones, como el ejemplo famoso del “Trompo”,  que salía hasta Portugal a buscar espárragos para venderlos aquí. Pero, por desgracia, el Trompo murió ….

Trabajo precario

 Entonces ahora, en las salidas matinales del pueblo faltan los obreros del campo. También ha disminuido fuertemente el número de personas, casi exclusivamente hombres, que trabajan en la industria de la bahía de Cádiz. Hace tres años que « General Motors » cerró  su plantilla allí, desplazándola “a un lugar cualquiera en Europa del Este”. Unos dos mil perdieron su trabajo allí, entre ellos unas docenas de Paterneros. También han cerrados algunos astilleros. Hace años que no podían sobrevivir sin ayudas estatales. Para las empresas que quedan hay pocos encargos, así que necesitan menos personal y trabajan más con horas reducidas. Obreros de edad avanzada fueron prejubilados. Con huelgas, bloqueos del puente de Cádiz y  otras luchas sindicalistas por lo menos se consiguieron  rentas dignas. Los paterneros en su alta mayoría trabajan a contrata, es decir en condiciones mucho peores. Tienen trabajo cuando la empresa tiene encargos y son despedidos en seguida cuando las faenas se acaban.

Los tres hijos y un nieto de Rafaela Martínez  por el momento trabajan en los astilleros, donde están limpiando y pintando barcos. Pero siempre con la amenaza de ser despedidos.  Por lo menos se encuentran algo mejor que muchos de sus vecinos, que trabajaban en la construcción o en los astilleros y que hoy se encuentran en paro, muchos desde hace años ya. Francisco, el hijo mayor, tiene la esperanza de poder juntar un año continuo de trabajar. Entonces tendría derecho a recibir la paga de paro. Así  podría continuar con obras en su casa, que su padre ya le empezó a construir en los años setenta con el dinero que este mismo ahorró trabajando en Alemania. Pero a Francisco le pone nervioso la idea de estar de nuevo parado, tanto por los problemas económicos como por sentirse  inútil,  pasando largos días aburrido no haciendo nada.

Durante veinte años Francisco trabajó en la construcción de las urbanizaciones de la Costa del Sol – no obstante durante todo este tiempo no pudo terminar su casa.  Pero fue más prudente que muchos otros Paterneros, que compraron a credito materiales, muebles, coche y otras cosas. Ahora, estando en paro ya no pueden pagar los préstamos. En el pueblo hay muchos que temen el famoso desahucio. Y hay centenares en Paterna,  que fueron despedidos a causa de la caída de la construcción en todas partes de España y la mayoría se encuentran en esta situación desde hace años ya. Antes trabajaban fuera, mayormente lejos de su pueblo, en proyectos urbanísticos, en centros turísticos,  construyendo carreteras o autopistas, en la zona del litoral, en las islas Canarias o en cualquier gran ciudad. Regresaban a su pueblo y a sus familias los fines de semana si podían, muchas veces no era posible durante meses. Hoy se encuentran en su pueblo, pasando el tiempo sin trabajo, a veces con chapuzas en casa o en la economía sumergida, que hoy aún aquí es mas amplia que antes. Para la gran mayoría de los albañiles que han vuelto la paga del paro ya se acabó, los que tienen más «suerte» dependen de un subsidio de 400 € al mes  si son padres de familia (en la albañilería casi no había mujeres). Así que a lo peor, si no tienen familia, no reciben nada.  En el pueblo prácticamente no hay obras. Las empresas de albañilería de aquí, unas treinta y todas pequeñas, están en huelga a lo mejor, o en quiebra, a lo peor.

Para los obreros que viven en el campo andaluz la caída de la construcción es un golpe muy duro. Para muchos años, el auge de obras les servía de “red de salvación”, era una alternativa en una situación en que todos los años había menos jornales en las fincas. Además, a partir de los años sesenta la gran oportunidad de encontrar trabajo con una remuneración aceptable fue la emigración. Casí la mitad de los hombres de la familias obreras se fueron a Alemania, Francia, Holanda o Suiza, unos para pocos años, otros para muchos. Unos pocos fueron acompañados por la mujer y los niños. Si se cuenta también el trabajo temporal en el campo de Francia, la emigración de Paterna comprendía 70% de todos los trabajadores. La mayor parte de los emigrantes fuera de España ha vuelto a Paterna, mientras la mayor parte de los emigraron dentro de España, mayormente a Catalunya, se quedaron allí. Casi todos los emigrantes que han vuelto, hoy están jubilados, casi todos con una paga de la emigración muy modesta, que por si sola no basta para poder vivir.

El retorno de los emigrantes es una de las razones del fuerte aumento de la población, 2.000 mil más dentro de 40 años. Por supuesto hay otras razones, como un saldo de nacimientos continuamente positivo y desplazamientos de los pueblos de la sierra a este pueblo que parecía mas prometedor por estar situado cerca de zonas industriales y urbanas.

Hoy en Paterna, trabajar en el campo ya no tiene peso alguno y  además, hay pocos emigrantes a Alemania etc., sólo los que se han quedado allí. A primera vista es sorprendente que casi se acabara la emigración a países más prósperos de la Unión Europea, tomándose en cuenta el paro tan fuerte en Andalucía y el hecho, de que en la UE ya no hay los obstáculos de antes para desplazarse, como el permiso de trabajo y el permiso de la estancia. Un andaluz, por más pequeño que sea su pueblo, es un ciudadano Europeo, con el derecho de vivir, de trabajar y de votar en los municipios de cada uno de los 27 países de la Unión. Hay un pueblo gaditano - Villamartín o Puerto Serrano -  donde  ayuntamiento y oficina de empleo ofrecen cursos de lengua y de preparación cultural para jóvenes que quieran emigrar a Alemania. Pero, por desgracia, esto es todavía una excepción. Hablando de Paterna, bastantes vecinos tienen familiares o conocidos, que hoy viven para siempre en Alemania o Holanda y que  podrían ayudarles en encontrar un trabajo con un sueldo digno allí. Una razón de que los jóvenes no aprovechen esta posibilidad posiblemente es la falta de formacion profesional. Y por supuesto, sin carrera profesional aumenta el riesgo de no obtener más que sueldos bajos, de « dumping », de ser explotados, y eso en un país ajeno, que no conocen.

Entonces, como todos los años había menos faenas del campo y más retorno de emigrantes,  más y más obreros trabajaban en la construcción, la rama económica que con la entrada en la Union Européa y una especulación floreciente se puso muy fuerte en la España de las últimas décadas. Ycon la perspectiva de un trabajo continuo y con remuneración digna muchos jóvenes renunciaron a hacer una formación profesional. ¿Por qué hacerlo, si ya se podía ganar un buen dinero siendo jovencito? Y ¿por qué cansarse en aprender en cursos y colegios calificaciones si oficios como la albañería se podían aprender  practicando en casa o durante las jornadas? Igual como lo hacían sus abuelos en las distintas faenas del campo. La gran conyuntura de las urbanizaciones, los centros turisticos y las carreteras prometía sacar un buen dinero ya como joven, prometía poder levantar  un casa nueva, comprar coche y muebles. Así, una gran mayoría de familias de aquí pudieron hacer una casa, siempre en parte por sus proprias manos. Claro que con el aumento de los precios del terreno las casas normalmente no son muy grandes y tienen un patio chico sin huerto. Pero a diferencia de los tiempos anteriores, las familias hoy tienen lavadora, frigorífoco, televisor y, más recientemente, climatización, esto último con altos gastos de electricidad, ya que las casas nuevas tienen mala isolación contra el calor y el frío, al contrario de las casas antiguas. Y casi cada uno, cuando es adulto, tiene un coche. 

El paro generalizado, hoy por hoy, es de nuevo el destino sufrido de los pueblos de Andalucía, consecuencia de la caída de la construcción, la agricultura sin trabajo y la falta de alternativas en la economía regional. A nivel nacional,  en cuestión de paro, Cádiz tiene la triste fama de ser la provincia con el “farol rojo”, la retaguardia de toda España. En la estadística de abril de 2011, de los 10 pueblos de España con el paro más alto, ocho son de Cádiz. Paterna de Rivera figura con un 28% de parados registrados, uno de los tres últimos pueblo de España. Peor sólo fueron Barbate y Ubrique.

Además hay que darse cuenta que „registrados“ son únicamente los que reciben una paga del paro.  Si se acabó la paga – o si, como todos los solteros, no reciben ningún subsidio y por esto no se apuntan - para la estadística no cuentan como “parados”. Visto así, en Paterna el paro de verdad, como en toda Andalucía, es mucho más alto que los 28% registrados. En los sindicatos del pueblo se estima que la mitad del pueblo está parado. 
Continua con:

- Vivir sin tener trabajo  

- Viento del futuro

- Vida familial y publica

- Desilusionados de la política

 

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